El Parque Natural de Ponga

Un tanto escondido y escarpado, auténtico edén asturiano y cargado de riqueza paisajística; así es el Parque Nacional de Ponga. Está situado al oeste de los Picos de Europa, a medio camino de estos y de otro parque natural, el de Redes.  Limita al sur con la provincia de León. Al este con esta misma y con el concejo de Amieva. Al norte con los concejos de Piloña, Parres y Amieva y al oeste con Caso.

El entorno que rodea el parque es sin duda espectacular. Observando desde las atalayas el bosque del Peloño,  la Copa de Tiatordos, el Valle Moru, la Foz de La Corina, Los Andamios, el Candanu, Ventaniella, La Escalada, Tolivia, y un largo etcétera. Las cimas se van encadenando por medio de collados, como pasos naturales entre sus valles cerrados y la meseta castellana. Dentro de este entorno, destacan heterogéneos paisajes como pastizales alpinos, valles glaciales, foces, cordales rocosos o frondosos bosques. Entre ellos, pequeños pueblos que salpican un territorio sin apenas influencia humana, gracias a la diferencia de altitud y complicada orografía.

En su interior discurren el río Ponga de sur a norte, y el Sella. Que atraviesa el Parque por su zona más oriental para seguir su curso hasta el fronterizo concejo de Amieva, dejando a su paso el espectacular Desfiladero de los Beyos.

Este paraíso asturiano conserva una gran cantidad de bosques, principalmente hayedos como los del monte Peloño, con más de 15 kilómetros cuadrados de superficie y 200.000 árboles, siendo en la actualidad el hayedo mejor conservado de la Península Ibérica y que sin duda debes visitar en tus vacaciones por Asturias.

El parque es también el hábitat necesario para numerosas especies animales, como el venado. Que se refugia en el gran bosque que se extiende desde el vecino concejo de Caso, cubriendo Ponga a su paso y concluyendo en las manchas boscosas de Sajambre. «La Berrea» constituye una magnífica ocasión para adentrarse en estos bosques, permanecer a la espera y disfrutar del paisaje durante el amanecer o el atardecer.

parque natural de ponga
parque natural de ponga
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Este rico ecosistema pongueto también incluye los asentamientos humanos. En todos los casos se trata de aldeas típicas, de actividad agricultora, ganadera y con una gran gastronomía propia. Hay muchos pueblos típicos en el concejo de Ponga, incluyendo su capital. San Juan de Beleño, Taranes en la sombra de Tiatordos, Sobrefoz construido sobre una garganta, o el pueblo deshabitado a día de hoy de Vallemoro. En todos ellos descubriremos un rico patrimonio de arquitectura popular, con casonas al estilo asturiano con cuadras, tenadas y hórreos típicos.

El concejo de Ponga guarda una gran cultura en la que además de su arquitectura rural destaca su etnografía y folclore. En San Juan de Beleño, con el año nuevo se recrea la leyenda del Guirria. Un encapuchado mitológico, mitad «trasgu», mitad personaje carnavalesco va haciendo de las suyas con las mujeres. Las abraza, las achucha, las besa con total impunidad, mientras que los mozos del pueblo le siguen a caballo y piden el aguinaldo de casa en casa. La estampa es única y los orígenes de esta tradición se pierden en tiempos inmemoriales.

Ponga es una tierra eminentemente ganadera que se mantiene fiel a la vida tradicional. Pero que debido a sus atractivos naturales ofrece una extensa red de posibilidades para el viajero: alojamientos rurales, refugios de montaña, turismo activo, caza y pesca.

Su gastronomía es igual de auténtica: pote asturiano, productos de la matanza y platos de caza de temporada: sopa de hígado, fabes con jabalí, estofado de jabalí o venado. Así como distintas variedades de carne roja y carne al queso. Entre las variedades de queso destaca sobremanera el de los Beyos. Una de las reliquias lácteas de Asturias. Un queso menudo y rugoso, cuya textura y color inimitable esconde un sabor recóndito y mantecoso. Que se alcanza pacientemente en las cocinas de los hogares ponguetos.

Si te gusta la montaña, dentro del parque existen numerosas rutas de senderismo en las que podrás disfrutar del parque en todo su esplendor. Como la senda del Cartero, la ruta al bosque de Peloño, la ruta de Sellaño al Collado de Semeldón o la ruta del Valle de Ponga, todas ellas adaptadas a diferentes niveles. También es un lugar ideal para la práctica de barranquismo y aunque muchos de ellos a día de hoy están prohibidos. Existen dos que sí están permitidos (Barranco de Viboli y Barranco de Carangas), pero requieren de autorizacion.