Bufones en Asturias
En la costa oriental de Asturias podemos encontrar los llamados bufones. Estos son fenómenos con grietas y chimeneas abiertas en la roca de los acantilados que se conectan con simas marinas por las que las olas empujan el agua con mucha fuerza. Por este movimiento se forman surtidores de agua pulverizada visibles a gran distancia y pueden llegar a alcanzar más de veinte metros de alto.
Cuando la marea está alta y con fuerza, una gran cantidad de agua entra por la parte inferior del bufón debido a que es empujado por las olas; y sube por el canal provocando sonidos similares a un silbido o bufido, de ahí viene su nombre.
Verlos en acción es más fácil en otoño y en invierno cuando la mar está con mucha fuerza.
En Asturias hay dos lugares en la zona de la costa del oriente, donde podemos encontrar estos fenómenos que la naturaleza ha creado.
Los Bufones de Arenillas
Los bufones de Arenillas los podemos encontrar en la localidad de Llanes, a las puertas del pueblo de Puertas de Vidiago. Es uno de los bufones más grandes de la costa, puede alcanzar bastante altura y está ubicado muy cerca del bufón de Santiuste. Fue declarado monumento natural protegido de la costa oriental de Asturias.
Su nombre proviene por tener depósitos de gravas y arenas en la bocana del bufón. El terreno en esta zona es de tipo caliza y hay multitud de grietas, agujeros y huecos hechos por la erosión del agua. A veces las grietas son tan pequeñas que sobre ellas han crecido hierba o arbustos y cuando llega el bufido las empieza a agitar. Sin duda un fenómeno que merece ser visitado.
Desde él podrás disfrutar una de las vistas más hermosas del litoral de Llanes y en sus alrededores verás la desembocadura del Rio Purón.
Los Bufones de Santiuste
Los bufones de Santiuste se encuentran en la parte más oriental del concejo de Llanes, una vez pasada de la localidad de Buelna y muy cerca de la playa de la Franca. En el año 2001 fue declarado espacio natural protegido de la costa oriental asturiana y también Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Tiene unas características similares a las de los bufones de arenillas, aunque el de Santiuste es el de mayor tamaño de toda la zona oriental. Pudiendo alcanzar hasta cuarenta metros de altura. Bufones en Asturias
Se trata también de una zona de gran importancia desde el punto de vista ornitológico. Ya que en sus alrededores está uno de los puntos de cría del paíño europeo, cormorán moñudo y garceta común. La garceta común forma aquí la única colonia conocida en Asturias.
Los bufones de Pría
Los bufones de Pría se encuentran en la localidad asturiana de Llames de Pría, en el concejo de Llanes. Se trata de la agrupación de bufones más grande de la costa asturiana y debido a su fama, los más visitados.
Existe una ruta para acceder a ellos, aunque también se puede acceder con el coche ya que hay aparcamiento. La ruta es circular, de unos 13 kilómetros y una duración de cuatro horas aproximadamente. Es apta para todas las edades puesto que tiene una dificultad baja y es sencilla. Por esta ruta disfrutarás de las vistas de los acantilados y llegaremos a la playa de Villanueva y después a la de Cuevas del Mar.
Otras características generales de los bufones son su vegetación y fauna. La vegetación está formada por las comunidades características de acantilados. Como Armería Marítima, Crithmum maritimum, Daucus carota, Limonium binervosum y Plantago marítima. Pueden crecer en el borde del acantilado o rodean los bufones por el agua salada que expulsan y que cae a su alrededor. También existe la presencia espontánea de laureles y encinas que crecen directamente de la roca y acebuches, que tienen un importante interés turístico.
Respecto a su fauna existen principalmente aves de zonas litorales como las gaviotas o los cormoranes. Y otras como el colirrojo tizón, la tarabilla y carboneros. El cormorán, el paiño atlántico, el halcón peregrino y el alimoche común son aves protegidas que podremos ver en las cercanías de los bufones también.
Y lo más importante, cuando hay temporal los bufones son extremadamente peligrosos por su fuerza, por lo que deben contemplarse desde la distancia para evitar accidentes. Tampoco conviene asomarse a los acantilados ya que es un suelo agrietado y podría ceden en determinado momento.
